miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cámara funeraria de la Necrópolis íbera de la Cuesta del Parral, Arjona

Hace dos años en la Necrópolis íbera de la Cuesta del Parral de Arjona, la antigua Urgavo, se encontró una cámara funeraria que por el ajuar hallado en ella -un carro funerario, cerámica ática, adornos en bronce y una inscripción en alfabeto íbero meridional- se la conoce como la Cámara funeraria del príncipe íbero de Arjona. Habría que decir, para ser más preciso, iberorromano, pues se ha fechado la tumba en el siglo I a. C. Alrededor de esta cámara existe casi una treintena de tumbas, además de una zona donde se realizaba las cremaciones e incluso se ha documentado un ritual de libación. En la inscripción aparece el nombre incompleto del que pudo ser el "príncipe" íbero y dice así: "...iltir hijo de Ekaterutu."

EFE

*Fuente: Europa Press, 17/06/2010

La Cámara de Arjona es de mampostería con grandes sillares, planta rectangular y estuvo semienterrada. Desde su posición se abría un gran espacio circular demarcado por un foso, donde se realizaron los ritos funerarios en honor y memoria de quienes fueron allí enterrados. Entre ellos se ha documentado un ritual de libación -ceremonia religiosa que consistía en derramar vino u otro licor después de probarlo-, según informó la UJA. Al interior de la cámara funeraria se llegaba por el lado occidental a través de escalones. Enfrente se construyó una repisa sobre el suelo enlosado y en el lateral norte dos nichos a modo de cajas.
Del conjunto de materiales arqueológicos destacan siete cráteras áticas de figuras rojas del siglo IV a.n.e. y amortizadas en el rito de enterramiento, que conviven con un ánfora Dressel, los restos de un gran vaso de vidrio y un importante número de recipientes de cerámica ibérica pintada tardía.
También se han excavado los restos de un carro funerario de hierro y madera con apliques y adornos de bronce. De estos últimos elementos destacó Ruiz un hallazgo "excepcional": "Se trata de una cabeza de guerrero ibero que está siendo devorada o vomitada por un animal, seguramente un lobo, que recuerda por sus características las piezas también de carro, existentes en el Museo Arqueológico Nacional, procedentes de Cerro Maquiz en Mengíbar y hallados en el siglo XIX, sin descartar que se trate de un león".

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