miércoles, 24 de diciembre de 2014

Santuario rupestre de La Pola, Terrassa

En las cercanías de la antigua Égara romana y Egosa íbera, la actual Terrassa -o Tarrasa en castellano-, encontramos el Santuario rupestre de La Pola. Éste está datado en la primera mitad del I milenio a. C., poco antes, quizás, de que se fuera configurando, propiamente, la cultura íbera, oriunda de esta zona. Todos los Solsticios de Invierno, fechas en las que nos encontramos y en la que se celebra el nacimiento del "nuevo Sol", sustituido posteriormente, en la religión cristiana, por el nacimiento de Cristo, el sol ilumina dos pares de agujeros en la roca, además del fondo de la cueva existente al mediodía.
Por tanto, encontramos una huella más de la importancia de las fechas solsticiales, en este caso el invernal, en el hemisferio norte, para nuestros antepasados en el regir de sus vidas. Ellos sí que estaban en conexión con el paso de las estaciones y la magia de los astros y la Naturaleza, algo muy ajeno hoy en día para millones de personas.
¡Feliz Solsticio desde Iberia Mágica!

Foto: elbulotraselmisterio.blogspot.com

*Fuente: Arqueoastronomía (Península Ibérica), Javier Arjona García-Borreguero

El santuario astronómico de La Pola, localizado en la sierra de l’Obac junto a la localidad de Tarrasa (Barcelona), está compuesto por una elevada pared extraplomada de dirección norte-sur donde se ubica una fuente. Al fondo y formando un ángulo recto con la pared, existen dos peñascos entre los que destacan dos rocas verticales separadas por una diaclasa que se junta hacia su interior, apuntando a la abertura de entrada a una cueva. Frente a estas rocas se sitúa un monolito rocoso. Otra peña, a la altura del monolito, retrocede unos metros formando un plano donde hay marcados siete hoyos.
En dicho lugar, las alineaciones de la puesta del Sol en el solsticio de invierno y la del ocaso de la Luna en su posición más septentrional en verano, vienen indicadas por sendos pares de agujeros en la roca. Aprovechando la dirección de la meridiana de la diaclasa, fueron construidas dos plataformas de madera en las que el avance y retroceso de la superior sobre la inferior actuaba de gnomon. Además a mediodía del solsticio de invierno, la luz del Sol alcanzaba la altura máxima en su iluminación al fondo de la cueva (parecido efecto al que se podía observar en el templo egipcio de Abu Simbel original, antes de su traslado a la ubicación actual).
Probablemente se trate de un lugar sagrado, ya que se encuentran unidos el símbolo de la fecundidad (monolito) y el de la maternidad (cueva), incrementado por el efecto de la penetración de los rayos del Sol en invierno sobre la cueva, en una especie de promesa de creación y nacimiento por la luz. 


Recreación del santuario - elbulotraselmisterio.blogspot.com


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