domingo, 31 de julio de 2016

Cazoletas y piedra bamboleante en los alrededores de Aceituna -Tierras de Granadilla-

Despedimos el mes con nuestro mayor cronista, se puede decir, en este blog, pues son muchas las fichas que hemos traído a este lugar virtual gracias a su trabajo. Para no ir más lejos, esta semana ya le mencionamos por aquí al hablar de los desaparecidos grabados rupestres de Ovejuela, en la comarca de Las Hurdes; nos estamos refiriendo a Félix Barroso Gutiérrez. Hoy traemos unas líneas en las que habla de unas cazoletas que se encuentran en Aceituna, población de Tierras de Granadilla no lejana a Santibáñez el Bajo, población natal del autor. Resulta muy curiosa la denominación que la cristianización trajo, en este pueblo en concreto, a estas manifestaciones prehistóricas, con significados rituales -o del tipo que fueran- seguramente bien distintos a los dados en la actualidad bajo el tinte cristiano y que el propio Félix nos describe en las líneas que traemos. En los alrededores también existe una piedra caballera de las conocidas como bamboleantes u oscilantes, a la cual se le han colocado piedras para que no se balancee a modo de calzos, como si se quisiera ocultar el posible culto precristiano que alrededor de ella podría haberse dado; de este modo, Menéndez Pelayo especuló con la posibilidad de que estas piedras bamboleantes tuvieran que ver con las creencias del hombre prehistórico.
Conocemos el lugar, dentro del municipio, donde se encuentran, pero no lo desvelamos por deseo del propio Félix, que no quiere, como es de alabar, que aquello sea coto donde los furtivos hagan y deshagan a su antojo con sus detectores de metales, pues este enclave, como la gran mayoría de yacimientos arqueológicos, está aún por excavar.

Cazoletas - Foto: Félix Barroso Gutiérrez

Fuente: Félix Barroso Gutiérrez - anotaciones de las fotos que aportamos

Conjunto de cazoletas de diferentes tamaños y muy erosionadas. Curiosamente, un paisano que andaba por aquellos lares nos comentó que aquellos "guáh", dependiendo del tamaño, las atribuían a las huellas del calzado del Niño Jesús o de la Virgen María, indicándonos que había otras muchas en diferentes roquedos. El significado mítico y mágico que dan a las cazoletas en la zona nos llevan a reafirmarnos en el carácter ritual que tuvieron para antiguas civilizaciones. Posteriormente, la Iglesia arrojó un caldero de agua bendita sobre ellas y cristianizó estos roquedos, anatematizando con toda seguridad a quienes osasen continuar con los cultos heredados hacia estas peñas.


Bolo granítico que, sin lugar a dudas, habría que catalogarlo dentro de las llamadas "piedras bamboleantes u oscilantes". Los calzos colocados bajo ella para evitar su bamboleo, nos lleva a sospechar sobre otra cristianización. Ya Menéndez Pelayo asoció estas piedras bamboleantes a creencias del hombre prehistórico. El culto litrolátrico ("veneratores lapidum") ya fue condenado en los concilios de Toledo de los años 681 y 682; pero no fueron capaces de erradicarlo por completo, ya que, hasta no hace mucho, por estos pueblos se recurría a estas piedras con el fin de alejar la maldición de la esterilidad. Pero de ello habría para hablar largo y tendido rato...

Piedra bamboleante u oscilante - Foto: Félix Barroso Gutiérrez


viernes, 29 de julio de 2016

El triskel del castro de Castromaior, Portomarín

Seguimos por tierras de antiguos galaicos para traer una magnífica representación en bronce de un triskel, un emblemático símbolo céltico, muy propio del arte de la cultura de La Tène o Edad del Hierro II. Este magnífico bronce, que se encuentra en el Museo de las Peregrinaciones de Santiago de Compostela, fue hallado en el castro de Castromaior, el cual se halla en el municipio de Portomarín, en la comarca de Lugo, y lo hemos conocido gracias a nuestra página amiga Céltica Hispana.

Foto: Ángel Lunar

Este símbolo a pesar de tener dicha vinculación con la cultura celta, podemos decir que aparece en momentos anteriores a la existencia como tal de este pueblo, así se halla un ejemplo datado sobre el 3200 a. C. en el yacimiento arqueológico de Newgrange, el más importante yacimiento de Irlanda, según se dice. Se cuenta que representaba la evolución y el crecimiento, pues es una figura que parece indicar movimiento, además del equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Para los druidas simbolizaba aprendizaje, además de la trinidad temporal: pasado, presente y futuro.


Castro de Castromaior - Foto: peregrinosdelcaminoarges.blogspot.com


Descubiertos nuevos petroglifos en Campo Lameiro, Campo Lameiro

Hace un lustro hablamos en el blog, seguramente, junto a los de Mogor, de los petroglifos más famosos de Galicia; nos referimos a los petroglifos de Campo Lameiro, un municipio de la comarca de Pontevedra. Nuestra nueva ficha se debe a dos nuevos petroglifos descubiertos, muy singulares, en Campo Lameiro. Además de algunas figuras circulares, acompañadas de cazoletas, destaca sobre todo, en palabras del propio equipo investigador, el de un arma de grandes dimensiones, en posición pasiva, rodeada de zoomorfos, en su mayoría ciervos. Nosotros, sinceramente, no apreciamos el arma en la fotografía aportada por la prensa, pero esto puede ser posible a que estos dos grupos de petroglifos no se encuentran en el mismo lugar y podría pertenecer al otro grupo. Mientras uno se encuentra muy cerca del aparcamiento del parque arqueológico, el otro -el del arma- se halla a unos 250 metros. El grupo de animales que rodea al arma -que tampoco se especifica en la noticia de qué tipo de arma se trata- es una manada de más de veinticinco figuras, con un tamaño que no supera los 15 centímetros de longitud, demostrando una gran destreza en la ejecución por parte de sus creadores, en palabras de los propios investigadores.

Foto: farodevigo.es

jueves, 28 de julio de 2016

Pinturas rupestres en Villafranca del Cid

Nos acercamos a Villafranca del Cid, en la comarca de Els Ports, vecina de la del Maestrazgo, para hablar de unas pinturas rupestres descubiertas recientemente. Éstas se encuentran en un abrigo del que no se ha indicado aún su ubicación para preservarlas, estimándose una antigüedad de las mismas de unos 7000 años. Representan una curiosa escena de caza de jabalíes. El arte rupestre levantino, de este modo, sigue deparando agradables sorpresas.

Foto: alicantepress.com
Fuente: alicantepress.com

Dos arqueólogos que realizaban prospecciones en Villafranca del Cid (Castellón) han encontrado en un abrigo pinturas rupestres de hace 7.000 años de gran contenido científico e histórico. La cueva se encuentra en un lugar que no ha sido desvelado por motivos de seguridad.
Las pinturas rupestres (en la imagen) encontradas en Villafranca del Cid, en Castellón, representan una batida de caza en la que varios arqueros acechan a una manada completa desde diversos ángulos. El abrigo conserva 13 animales (10 adultos y 3 crías) y supera en número a los ejemplares de la Cova dels Cavalls de Valltorta (1 macho, 7 hembras y 2 crías). Además, puede calificarse de único y excepcional, por tratarse de jabalíes y no de ciervos, como en Cavalls. Técnicos de la Conselleria de Cultura estudiarán la protección física para dotar a las pinturas de la adecuada preservación.
Las escenas de caza de jabalíes son comunes en el Maestrazgo de Castellón y de Aragón, pero normalmente se trata de escenas de caza individual o en pareja, que intervienen sobre uno o dos ejemplares adultos. Solo dos yacimientos, de los más de 1.000 que hay en la fachada mediterránea, incluyen escenas con un mayor número de ejemplares, como los 5 ejemplares del abrigo A del Cingle de Palanques o los 5 ejemplares de la cavidad V de la Cova Remígia (Ares).


 

Grabados rupestres de Los Ángeles, Ovejuela-Pinofranqueado

Volvemos a Las Hurdes con el mejor cronista que existe de las mismas, a día de hoy, como es Félix Barroso Gutiérrez; y nos acercamos, además, por tercera vez, a la alquería de Ovejuela, donde ya estuvimos hablando de su "diosa negra", hallada en el Chorrituelo, y de la celebración de un festejo ancestral conocido como La Enramá. Hoy lo hacemos para dejar constancia de un lugar también muy especial, que fue elegido por los franciscanos, en los alrededores de Ovejuela, donde se puede contemplar la cascada hurdana de mayor caída, con unos cien metros, el Chorro de Los Ángeles. Este magnífico paraje fue sacralizado desde bien antiguo, como comenta Félix Barroso en las líneas que traemos, donde se dice que en este lugar, cristianizado después por el monasterio, ya abandonado, que crearon los franciscanos, existían unos grabados rupestres que estos mismos destruyeron al instalarse en este lugar. Por tanto, a pesar de no poder, tristemente, contemplarse en la actualidad dichos grabados, queremos dejar constancia de un lugar más de culto de la "piel de toro", que diría Estrabón.


Ruinas del Convento de Los Ángeles - Foto: panoramio.com

Fuente: Félix Barroso Gutiérrez

La  antigua Ovegiola se transformó en Ovejuela, aunque los nativos la nombraban como “Bijuela”.  En sus términos, hay huellas de antiguas civilizaciones.  Incluso hasta minados de oro en la zona de “Loh Llánuh del Conventu”, laboreados ya por los romanos.  Y convento de franciscanos también hubo, los cuales se aposentaron entre aquellas bravías sierras en el año de 1214.  Levantaron sus muros en el lugar en que contaban que había aparecido una imagen negra, al remover una peña que estaba cuajada de grabados prehistóricos.
Nuestra Señora de los Ángeles
La imagen, trabajada en piedra negra y basáltica, fue consagrada por los frailes; los grabados destrozados y todos aquellos parajes asperjados por agua bendita y trastocados sus topónimos “paganos” por otros de carácter religioso.  Así, el que hoy es río de los Ángeles se llamaba antiguamente río de Las Jerrerías o Ferrerías.  Pero la mayoría de los nuevos nombres no prosperaron y los comarcanos siguieron con las antañonas denominaciones. Lo que sí instituyeron con gran éxito los franciscanos fue la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles.  Por ello, el pueblo de Ovejuela las continúa celebrando por todo lo alto en las fechas que rodean al 2 de agosto, efemérides de tal Virgen. 


El Chorro de Los Ángeles, también conocido como la Chorrera de la Buitrera - Foto: lashurdesdestinonatural.com       



domingo, 24 de julio de 2016

El algarrobo de El Campico, Guardamar del Segura

Volvemos a Guardamar del Segura, pero en este caso no para hablar de ninguno de sus yacimientos o hallazgos arqueológicos del municipio, si no para traer una buena noticia que hemos conocido, igualmente a la de ayer, gracias a nuestro amigo Placentino; nos referimos al algarrobo de El Campico, un ejemplar centenario -se le estiman trescientos años- que se ha salvado de ser destruido, suerte con la que no han contado tantos otros ejemplares de árboles monumentales o centenarios de otros muchos lugares. En este caso por su situación fuera de la población no parece que haya tenido un carácter totémico o juntero para los vecinos, ni posiblemente haya cumplido ninguna otra función como árbol delimitador de jurisdicciones u otras de corte antropizado -aunque cualquiera sabe-, dicho lo cual, nos merece digno de mención pues, aparte de ser un ser vivo excepcional, desconocemos si el más viejo del lugar, aunque, si no lo es, seguro que sí es uno de los más ancianos "vecinos" de Guardamar, ha supuesto su existencia un fabuloso ejemplo de defensa a cargo de vecinos y colectivos defensores del árbol y la Naturaleza, un amor y respeto hacia los árboles en general y hacia los singulares, como éste, en particular, tan extinto en los tiempos contemporáneos, que merece ser alabado.

Algarrobo de El Campico - Foto: Tony Sevilla

Hablando de la figura del algarrobo, a nivel general, es un árbol que, como la bellota de encina o roble, también alimentó a nuestros antepasados con su fruto la algarroba, de la que también se hacía harina. De este modo, al igual que algunos colectivos reivindican volver al consumo de harina de bellota, como una búsqueda de la soberanía alimenticia, uno de los pilares básicos, igualmente, para conseguir la soberanía política, en 2011 se celebró un congreso en Ibiza en el que se reivindicaba el consumo de algarroba. Unas como otras -bellotas y algarrobas- han sido denostadas por las leyes del mercado que rigen nuestros días. Pero volviendo a nuestro ejemplar de hoy, al algarrobo de Guardamar, vaya desde aquí nuestro homenaje y celebración por la pervivencia de este árbol y ojalá dure muchos años más, pese a que parece algo desmochado -así se puede apreciar en algunas fotos que hemos observado más de vista en detalle que la que aportamos a la ficha-, y, pese también, a la cercanía a una carretera asfaltada, cuyas construcciones siempre perjudican a ejemplares de este tipo.


sábado, 23 de julio de 2016

El león íbero de Galbis, Bocairent

Gracias a Placentino, un amigo del blog, hemos sabido que, desde el mes de abril, el conocido como león íbero de Bocairent, hallado en el siglo XIX en esta población de la Sierra de Mariola, se encuentra expuesto en el museo arqueológico de la propia localidad. donde vuelve después de 120 años, habiendo sido cedido temporalmente por el Museo de Bellas Artes de Valencia. Le hemos denominado de Galbis en el título de la entrada, por ser en este paraje donde fue hallado, creyéndose que formaría parte de un templo, aunque otros autores afirman que pudo formar parte de un pilar-estela funerario.  Fue realizado en piedra caliza pardo-amarillenta en el siglo IV a. C. y representa a un león, un animal muy icónico para el pueblo íbero, edetano en este caso, que cumplía una doble función en el mundo funerario -si es que en este caso tuvo dicha función-: proteger al difunto y facilitarle el tránsito más allá, es decir, en lo que se refiere a esta última cualidad, lo que sería una función psicopompa.
A continuación aportamos una descripción sobre el tratamiento que tuvo esta escultura desde su descubrimiento.

Foto: Foto: pagina66.com

Fuente: Isabel Collado Beneyto

Cuando en 1895 fue donada a la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, la escultura estaba bastante deteriorada y se encontraba adherida por la base a un pedestal de cemento y ladrillo. Se hallaba fracturada en tres trozos y le faltaban las patas delanteras. En una primera intervención, estos fragmentos se unieron con anclajes de hierro y morteros de cal y cemento.
Años más tarde, fue sometida a una última intervención. El proceso de restauración, realizado en el Centro de Restauración del Museo de Bellas Artes de Valencia, consistió en la eliminación del pedestal de cemento y ladrillo; también se quitaron los elementos metálicos de hierro y los restos de mortero de anteriores actuaciones. Se le practicó un tratamiento biocida (sustancia química que se emplea para matar organismos vivos y detener su desarrollo), así como un proceso de limpieza y desalación.
La consolidación se hizo mediante la impregnación de una resina y el anclaje de las tres partes, con pernos de titanio y resina bicomponente, ya que los adhesivos de tipo bicomponente proporcionan uniones de alta resistencia y juntas estructurales. La parte interna de las fracturas se selló, primero, con mortero hidráulico y, posteriormente, con mortero de cal aérea, polvo de mármol y arena silícea. A su vez, la sujeción de la escultura por las patas delanteras se hizo de piedra caliza.



jueves, 21 de julio de 2016

Petroglifo en el Dolmen de Chão Redondo, Talhadas-Sever do Vouga

En la freguesía de Talhadas, perteneciente al concelho de Server do Vouga, distrito de Aveiro, encontramos un megalito, algo no muy extraño en la Península y más en Portugal, donde son tan abundantes. Éste es conocido como el Dolmen de Chão Redondo II, pues había un primero prácticamente desaparecido desde el expolio que sufrió. Éste tiene un corredor de cuatro ortostatos que termina en una cámara con otros cuatro que configuran una forma trapezoidal. Es de pequeño tamaño, pues tiene unos 4,60 metros de longitud y se encuentra orientado al noreste.

Foto: portugalnotavel.com

Pero lo llamativo de este dolmen, como se puede apreciar en la foto que hemos aportado, son los grabados o petroglifos de la losa principal de la cámara, en la que se pueden observar una serie de trazos y representaciones lineales y geométricos muy enigmáticos. En el centro de la losa parece representarse a un árbol, que bien podría ser -esto es mucho decir- una recreación del antiguo mito del "árbol de la vida" que en tantas culturas ha tenido sus paralelos. A modo de pareidolia, podemos decir, que observamos también dos orificios a ambos lados, en la parte superior, que parecen asemejar a dos ojos, lo que le daría un aspecto antropomorfo a la losa u ortostato en su conjunto.



martes, 19 de julio de 2016

Santuario rupestre de Bascarrabal, Ávila-La Colilla

Muy cerca de Ávila capital, entre la propia ciudad y la vecina localidad de La Colilla, aunque, creemos que dentro del municipio de la primera -no lo hemos podido contrastar con total seguridad-, se encuentra un curioso santuario rupestre, que algunos otorgan un uso entre el 3000 y el 600 a. C., conocido como de Bascarrabal, por el nombre de la finca donde se sitúa. Además de una curiosa piedra caballera con cazoletas, que pudo ser usada como piedra ritual, destaca sobre todo un altar rupestre, de forma cóncava, de unos 3 metros de largo y 2,5 de ancho.

Foto: marianoserna-rastrosagrado.blogspot.com

Éste tiene un canal de desagüe, además de una escotadura horizontal redondeada situada bajo el canal mencionado, posiblemente para recoger los líquidos rituales, supuestamente sangre, aunque también pudiera ser agua u otros líquidos empleados. Aparte de por sus dimensiones, se le otorga gran valor por ser de los más antiguos altares encontrados en la provincia de Ávila. Esta tipología de altares se asocia mucho a la Edad del Hierro, pero éste podría haber tenido, como dijimos en las primeras líneas de esta ficha, un origen bastante más antiguo, con lo quedaría demostrado que este tipo de ritualidad en torno a piedras trabajadas, como altares de sacrificio, podrían tener, en muchos casos, su continuidad en el propio I milenio a. C., pero con un origen, como decimos, anterior. De este modo, en El Bascarrabal, antes que los vettones, otros pueblos oficiaron sus ceremonias.

Recreación de la posible forma en la que se recogerían los líquidos del ritual o sacrificio - Foto: marianoserna-rastrosagrado.blogspot.com


sábado, 16 de julio de 2016

El Dolmen de El Chopo, Montecorto

Nos acercamos a la comarca de Serranía de Ronda, a la población de Montecorto, que toma el nombre del monte en el que, prácticamente, en cuya falda se encuentra. En dicho municipio, gracias a la fertilidad de sus tierras y a la abundancia de agua, además de a la existencia de sílex en grandes cantidades, se asentaron comunidades humanas desde el mismo Neolítico; de este modo existe un dolmen -El Dolmen de El Chopo- que no es la única muestra megalítica en este pueblo -ya hablaremos de otro importante dolmen-, convirtiéndose, en época contemporánea, en un auténtico tótem para esta población, pues aparece incluso en su escudo, como se puede observar más abajo en esta ficha, incluso se puede observar un menhir del que no hemos encontrado ninguna información, pero que su inclusión en el propio escudo nos sirve de indicio para estimar que en el pueblo también existió -o existe- un menhir.

Foto: malaga.es

El Dolmen de El Chopo es también conocido como el Sepulcro del Gigante o de la Giganta, y recibe el nombre de El Chopo por encontrarse en el Cortijo de El Chopo, hallándose, por tanto, en una finca privada, aunque se puede contemplar más o menos de cerca por no encontrarse lejano a uno de los bordes de la misma. Es de largo corredor y cámara alta, poco diferenciada del corredor, con bloques u ortostatos de considerable tamaño, por lo que se entiende que pudo asemejarse, en su origen, al Dolmen de Menga de Antequera, en lo que respecta a su altura, no a sus dimensiones, pues el de El Chopo es más reducido. Éste se sitúa en una zona alta amesetada a los pies de la ladera sur de la Sierra de la Sanguijuela, con lo que se entiende que en las cercanías, en una zona más baja, pudo estar su poblado. Como ocurre con la mayoría de estos monumentos en piedra prehistóricos, sólo se suele hablar de su función como lugar de enterramiento y no del carácter cultual, más allá del culto a los muertos y a los antepasados, que pudo tener. La zona alta mesetada pudiera ser una prueba también de encontrarnos ante lugares de reunión alrededor de los megalitos en determinadas celebraciones, no necesariamente todas de tinte religioso o cultual.


jueves, 14 de julio de 2016

Pileta del Cerro El Castillo, Castillo de Bayuela

El estudioso de las huellas del pasado remoto, principalmente del I milenio a. C., Mariano Serna Martínez, descubrió en el Cerro de El Castillo, de Castillo de Bayuela, población de la Sierra de San Vicente -una de las ubicaciones donde se podría haber situado el posible campamento de invierno de Viriato-, una pileta que, en palabras suyas, podría ser medieval, pero quizás también de época vettona. Queda, por tanto, sin despejar la incógnita. No menciona la existencia de otras posibles huellas, en este cerro, en forma de cazoletas, entalladuras o peldaños ascendentes a la concavidad, que podrían ser la prueba definitiva de encontrarnos ante un santuario anterior a la época medieval.

Foto: Mariano Serna Martínez

Fuente: Mariano Serna Martínez

Las pilas, como las cazoletas, pueden tener sentido ritual por sí mismas, esto es, tener por objeto la practica de actos cultuales no cruentos, caso de las pilas bautismales, las destinadas a abluciones antes o después de los rituales (la gran pila de las abluciones del Tabernáculo de los hebreos por ejemplo), a santiguarse al entrar a los templos cristianos, etc); pero en otras ocasiones las pilas forman parte de los altares constituyendo su elemento fundamente, el lugar donde se depositaba la víctima antes de ser sacrificada.
Las pilas son elementos raros de encontrar en cualquier tipo de asentamiento y también en los medievales. Es normal la presencia de grandes tumbas excavadas en roca pero ex extraño encontrar pilas se cualquier tipo. Por esto y por los lugares donde aparecen, cuando lo hacen, se puede presumir o no su función ritual. Cuando hace años investigaba en el asentamiento de el cerro el Castillo de Castillo de Bayuela, Toledo, lugar donde se han superpuesto los asentamientos prerromano, romano y medieval, me llamó la atención una pila de 60cm de largo, 30 de ancho y 5 de profundidad, situada en un roquedo en el límite oriental del cerro. 
El lugar y las dimensiones de la pila, en especial su profundidad, hacen muy posible que el elemento en cuestión se trate de un altar ¿vettón, romano, medieval?... quién sabe,... aunque visto otros casos, es muy posible que medieval.


miércoles, 13 de julio de 2016

La Cueva de Supelegor en el Monte Itxina, Orozko

Continuamos con otra morada de la diosa Mari. En este caso cambiamos Guipúzcoa por Vizcaya y nos acercamos al municipio de Orozko, en la comarca de Arratia-Nervión. Allí nos encontramos con la Cueva de Supelegor, en el Monte Itxina, la que dicen es otra de las "casas" de esta divinidad vasca, similar a las mouras o las encantadas de otros lugares y donde se encuentra con otros personajes de la mitología vasca como se puede ver en la descripción que traemos.

Cueva de Supelegor - Foto: menditxoko.blogspot.com


Fuente: El Diario Vasco

Si los dioses y los espíritus suelen refugiarse en las montañas más abruptas y los bosques más cerrados, se entiende que el macizo calcáreo de Itxina sea uno de los terrenos prolíficos de la mitología vasca. Allí, en la cueva de Supelegor, tiene una de sus moradas la diosa madre Mari, la que atraviesa los cielos envuelta en llamas, la que hace estallar tormentas cuando se junta bajo tierra con su marido Sugaar, que se presenta en forma de serpiente de fuego; en esa cueva también viven sus servidoras las sorgiñas (brujas) y las lamias (seres con aspecto de mujer, aunque con un pie de cabra o de pato, amantes fogosas que enloquecen a los hombres). Y en los hayedos del lugar pasea Basajaun, el peludo hombre de los bosques, un gigante bonachón -cuando se le trata con respeto- que protege a los rebaños de los lobos.
¿Y por qué es Itxina uno de los mejores refugios para las leyendas? Porque estamos ante uno de los paisajes más misteriosos de nuestra tierra. Imaginemos un enorme tazón de piedra que se alza a 1.000 metros de altitud, rodeado en su perímetro de 15 kilómetros por un reborde montañoso que alcanza los 1.200-1.300 metros. 


martes, 12 de julio de 2016

Anta da Arquinha da Moira, Lajeosa do Dão-Tondela

En la freguesía de Lajeosa do Dão, del concejo portugués de Tondela, en la Beira Alta, encontramos un curioso megalito, el Anta da Arquinha da Moira. Pertenece al Calcolítico y fue excavada en los años noventa del pasado siglo, provocando un gran interés en la comunidad científica, pues está constituido por un túmulo muy bien conservado con un diámetro de veintitrés metros y una altura de casi tres. La cámara funeraria es poligonal, compuesta por siete puntas. En él se han encontrado instrumentos líticos, fragmentos de cerámica y huesos humanos.

Foto: patrimoniocultural.pt


Además del buen estado que presenta el túmulo, destaca la existencia de pinturas en algunos de los ortostatos del dolmen o anta, como se les conoce en Portugal a este tipo de megalitos. Estas pinturas fueron realizadas en rojo, naranja y negro en tres de los ortostatos o pilares de la cámara, uno de los cuales sería la cabeza de la propia cámara, donde destacan figuras esquemáticas y geométricas que parecen ser zoomorfos y antropomorfos, incluyendo una cabra y un ciervo. De uno de los antropomorfos parecen salir dos rayos solares, con lo que podría ser una especie de híbrido entre un antropomorfo y un soliforme. Habría que comprobar la orientación astronómica o solar de este megalito, aspecto sobre el cual no he encontrado información.


El Monte Agamunda y la diosa Mari, Ataun

Hace tiempo que no seguimos tras los pasos de la, seguramente, más conocida divinidad de la mitología vasca: la diosa Mari. Ésta tiene más moradas que viviendas se agenciaron las entidades bancarias tras la última crisis; así, hemos visitado, en este blog, montes como el Amboto, el Txindoki, el Oiz o la Sierra Aloña, donde esta deidad tiene morada. Hoy traemos una más, el Monte Agamunda, en el municipio guipuzcoano de Ataun, en la comarca de Goyerri.
No hemos encontrado foto del Monte Agamunda, con lo que hemos acompañado a la ficha con una fotografía de la propia población de Ataun y algunas montañas circundantes.

Foto: azai.hostzi.com


Fuente: José Miguel de Barandiarán

Con este nombre, que significa granja forrajera (de saal "forraje" y etxe "casa") y con el de Andralizeta, cuyo significado ignoramos, es designado un caserío de Ataun, situado al pie de la ladera occidental del monte Agamunda. Cerca de la cumbre de éste se abre una caverna que es visitada o habitada por Mari y por otros genios, que, según leyendas locales, está en comunicación subterránea con la cocina de Saaltse y con el puente de Arbeldi sito más abajo en el vallecito de Ergoone.

sábado, 9 de julio de 2016

Inscripción lusitana de Ribeira da Venda, Arronches

Hoy traemos una de las pocas inscripciones lusitanas existentes: inscripción de Ribeira da Venda, en el concejo alentejano de Arronches.  Ésta es del siglo I a. C. y en ella se hace una ofrenda múltiple de animales a distintas divinidades indígenas prerromanas y muy asociadas al mundo lusitano, como son Reva (cuyo culto documentado hasta ahora no existía al sur del Tajo, con excepción de algún caso en la provincia de Cáceres), Bandi y Mvnidi. En cuanto al topónimo de Cantibidone, se entiende pueda ser una abreviatura de Cantibidoniensis, el cual se sitúa en zonas más septentrionales, por lo que el ara pudiera haber sufrido un desplazamiento con respecto a su lugar de origen.

Foto: arronchesemnoticias.blogspot.com

Esta laja de piedra de arenisca tosca y deteriorada por los lados, tuvo como fin, a buen seguro, conmemorar un sacrificio múltiple de animales, teniendo, además , un carácter colectivo dicho ritual, pues la magnificencia de las ofrendas, que lo acercan a una hecatombe, así lo parece indicar, no siendo, por tanto, de ser cierta esta conclusión, uno o varios votos particulares o individuales, como ocurre con tantas otras aras votivas de esta época. Por su aspecto en la parte superior, es posible que se haya perdido parte de su texto, pero de ser así, no ha llegado a ser una línea completa, con lo que nos ha llegado prácticamente íntegra.

  

martes, 5 de julio de 2016

Piedra con cazoletas del Abrilongo, La Codosera

Volvemos a navegar por el magnífico blog de Israel J. Espino, Extremadura Secreta, para acercarnos a la población extremeña, 'rayana' con Portugal, de La Codosera, donde, no hace mucho, en una huerta del paraje conocido como El Abrilongo, cuando su dueño excavó para hacer un pozo, además de hallar un manantial de aguas cristalinas, encontró una piedra con cazoletas que bien pudiera indicarnos que dicho manantial pudo estar sacralizado en el pasado; no obstante, en el pueblo han aparecido importantes piezas arqueológicas, como una bella tapa de incensario con forma de toro u ovino del siglo IV a. C.

Foto: Javier Piris


Fuente: Extremadura Secreta - Israel J. Espino

La devoción a esta diosa  prerromana -Brieniae o Broenia- a pocos kilómetros quizás explicarían la aparición de la extraña piedra con cazoletas encima del manantial. Algunos Otros investigadores afirman que pueden ser recipientes horadados para realizar libaciones y ungüentos, y hay quien afirma que incluso, al ser las cazoletas rellenadas de agua, reflejarían mágicamente la posición de ciertas estrellas en noches especiales como los solsticios.
Como antropólogo y arqueólogo, el teósofo Roso de Luna relaciona las cazoletas con la escritura ogmica y con los templos: “No sé por qué suerte de afinidad parecen constituir los templos un núcleo de atracción de las piedras con cazoletas. Casi todas las que hemos visto se hallan en los atrios de las iglesias y en los poyos de sus portadas. Otras, no obstante (…) están grabadas en la viva roca”.
Estas cazoletas estarían, según estas ideas,  sacralizando un manantial como zona mágica y de culto, un lugar que posteriormente la civilización romana pudo utilizar igualmente como lugar de ofrenda a los dioses. Los dioses del agua.


El Roble del Campillo, Alcoroches

Seguimos tras las huellas de árboles emblemáticos para distintas comunidades humanas; y nunca mejor dicho lo de "huellas", pues hoy traemos un ejemplo de árbol ya desaparecido en Alcoroches, municipio de la comarca del Señorío de Molina-Alto Tajo, el conocido como Roble del Campillo o de la Sesma. En su lugar existe un monumento dedicado al árbol con un cartel conmemorativo. Junto a él se reunían los representantes como mandato imperativo -a diferencia de la supuesta representación que hoy en día se promulga- de las sesmas -o sexmas-, que eran las antiguas divisiones territoriales que componían la comarca de Molina de Aragón. Como muestra de la unión existente alrededor de este roble, ya desaparecido, traemos unas líneas del prólogo de una novela publicada en 1895 escrita por Enrique Arauz Estremera. Como ocurre con tantas otras poblaciones, el árbol totémico de la localidad aparece reflejado en su escudo.

El roble se encontraba en el lugar que ocupa el banco y su construcción adyacente - Foto: El Jardín de los Botánicos


Fuente: Enrique Arauz Estremera en la novela "La hija del Tío Paco o lo que pueden dos mil duros" (1895)

La elección de diputados sesmeros se hacía reuniéndose los comisionados de los pueblos en los puntos designados por remota costumbre; y cuando para dichas elecciones o para tratar asuntos de interés general se convocaba la sesma de la sierra, los comisionados deliberaban bajo la sombra del roble del Campillo, en el término del pueblo de Alcoroches. Y es muy de notar que los habitantes de este Señorío, como los del de Vizcaya, buscaran el roble, símbolo de la fortaleza y de la gloria, para bajo su protección tener sus honradas juntas, y a la vista de Dios y a la de sus montañas hacer más solemnes sus acuerdos y más públicas sus benditas libertades. ¿Qué huracán ha barrido éstas, y que otra mal llamada libertad nos ha esclavizado?.


 
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